La Ofrenda de flores a la Virgen del Remedio es un acto festivo-religioso, considerado como la ofrenda de flores más antigua de España. Sus orígenes se remontan al año 1941, anterior a otras que también se celebran nuestro país como la de la Virgen del Pilar en Zaragoza (de 1958) y la de la Virgen de los Desamparados en Valencia (de 1945). Durante ese año la ofrenda se realizó dentro de la Concatedral de San Nicolás junto con la reliquia de la Santa Faz que se encontraba en la iglesia debido a las obras de reforma del Monasterio.
Los alicantinos ofrecen flores a la patrona de Alicante, la Virgen del Remedio. Actualmente se realiza durante las tardes de los días 21 y 22 de junio, desfilando un número de personas más o menos similar en ambos días. Dicha separación en dos días tuvo que realizarse debido a la gran cantidad de ramos de flores que son entregados, unos 11.000 actualmente.
En la Ofrenda de Flores participan foguerers, barraquers y alicantinos, desfilando por el itinerario oficial que habitualmente parte desde la Plaza de los Luceros, por la Avenida de Alfonso X el Sabio, bajando por la Rambla de Méndez Núñez y acabando en la Concatedral de San Nicolás, donde se encuentra la Virgen del Remedio
Los participantes en la ofrenda llevan ramos de flores que son depositados ante la imagen de la Virgen, instalada en la fachada de la Concatedral de San Nicolás, formando a sus pies un inmenso tapiz formado por miles de flores. Los hombres de algunas de las Hogueras portan a hombros los catafalcos, alusivos a motivos alicantinos o religiosos, que se exponen en el mismo lugar.
El 21 de junio cierra la ofrenda la Bellesa del Foc infantil y las Dames d'Honor de la Bellesa del Foc infantil junto a las representantes infantiles de fiestas hermanas y casas regionales. Tras el desfile tiene lugar una misa en la Concatedral. El día 22 es el turno de la Bellesa del Foc, las Dames d'Honor de la Bellesa del Foc y las representantes de las fiestas hermanas y casas regionales junto a la Federació de les Fogueres de Sant Joan.
Los participantes exhiben durante la ofrenda sus mejores galas, formadas por prendas típicas de la indumentaria regional masculina y femenina de los siglos XVIII y XIX.