Agua. El agua forma parte indispensable en el acto de la
Cremà. Además de utilizarse para controlar el fuego y mojar las fachadas de los edificios colindantes, también se utiliza para refrescar a los asistentes. Para ello, los bomberos rocían con mangueras a los presentes, que agradecen el gesto en las calurosas noches de junio a la vez que gritan “¡agua, agua!” y otros cánticos a veces dirigidos a los bomberos. A esto se le denomina
banyà.