Belén Mora Rosado

Vivir, siempre vivir. Lo afrontaré serenamente. Yo he crecido así, os lo diré sinceramente. Viví la intensidad y no encontré jamás frontera. Si bien todo ello fue a mi manera.

No sé por qué todavía me impone ponerme delante de vosotros… si hemos compartido tanto juntos. Será que me puede el cariño que te tengo, Alicante. Todo ese amor que me habéis dado durante este tiempo. Y es que os confesaré que tengo miedo a emocionarme, tengo miedo a equivocarme, pero si algo no me da miedo en esta vida es decir lo que siento. Por eso, después de todo lo vivido a vuestro lado, hoy necesito veros, para así poder deciros: Alicante, te quiero.

Jugando con la marea, hoy nacen de mi boca unas palabras que brotan de nuestro mar, del agua fina que me corre por las venas. Y es que hoy me quedo con los pies pegados a este suelo que es mío y a la vez del resto de la gente, que es mi hogar. Mi hogar, esta ciudad, vosotros y el mar unidos en danza y poesía, Alicante y sus fogueres en una eterna melodía.

Gracias, alicantinos, a cada uno de vosotros por acompañarnos, mimarnos y jamás soltarnos. Gracias por demostrarnos ser cada día la Millor Terra del Món. A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos como el recodo al camino, y este camino para ellas no ha hecho más que empezar.

Bellesa del Foc 2024 y les seues Dames d'Honor, os decimos que caminante no hay camino, se hace camino al andar. Y en esa andadura, que no os quepa la menor duda, que nos vais a encontrar de vuestra mano. Y es que he encontrado sensaciones que solo tú podrás descubrir. Prepárate para el huracán. Ya noto su brisa, ya llega, y hará de esa bonita familia que te regalará el fuego tu puerto, ese lugar donde encontrar refugio y hogar.

De vez en cuando la vida afina con el pincel, se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece. Jurado de la elección de la Belleza del Foc y les seues dames de honor, sin daros cuenta dibujasteis con ese pincel nuestro 2023, dándonos la oportunidad de sentirnos en nuestro mar, en nuestra tierra, más en casa que nunca. Gracias por marcar el inicio de esa travesía juntas.

Y es que jamás ansío un amor, que para mí fuera importante, tomé solo la flor y lo mejor de cada instante. Y ahí siempre estabais vosotros para hacer de esos momentos los más especiales. José y Toni Alta Costura y Alba Indumentaria, con cada puntada de cariño; Castillo y Vives y Marí, con cada detalle de tradición viva. Miguel Ángel Leal, llenando de luz nuestras miradas y nuestro corazón junto a nuestra querida María y Tony y Adri y Reme Fotógrafas, con esos flashes que llegan a cada pequeño rincón para llenarlo de alegría. Y cómo no, junto a todos esos colaboradores que han hecho de este mar un oleaje continuo de fuego, pasión y tradición.

Las olas llevan historias a cada orilla, y para ello los medios de comunicación nos han conectado, capturando momentos en la arena y dibujando sonrisas. Gracias por ser la voz de la comunidad y la identidad de nuestras queridas Fogueres de San Joan.

Además, como el mar que afronta la costa con calma y firmeza, no me puedo olvidar de quienes nos han protegido con valentía en cada destreza, como los vientos que dispersan las nubes, como las olas que enfrentan las rocas: fuerzas y cuerpos de seguridad, protección civil, bomberos, sanitarios, conductores, escoltas. Gracias por cuidarnos en cada aventura.

Viajé y disfruté, no sé si más que otro cualquiera. Y así logré seguir a mi manera. Mi querida Comunitat Valenciana y más allá de nuestras fronteras, fiestas que enriquecen el alma y que, como el mar, con su abrazo conectan tierras. Moros y Cristianos, amigos de la FAFBA, Semana Santa, Murcia, Burriana, fiestas hermanas en un mismo sentir, celebrando nuestra cultura y tradición sin fin. Unidas por la marea de nuestra pasión y el vínculo eterno con nuestras tradiciones, hemos navegado por el mar Mediterráneo con cuatro mujeres increíbles y sus Cortes de Honor: Reinas de la Magdalena de Castellón, Selene y Lourdes; y Falleras Mayores de Valencia, Laura y María Estela, que el eco de las olas nos recuerde siempre los lazos que nos unen como la sal al agua y ese agua al mar, inseparables y eternos como esos recuerdos que hemos compartido.

En el corazón de Alicante, donde el sol y la costa encuentran la tradición. He podido hallar personas que han sido una gran fuente de inspiración. Y es que hay vínculos que manifiestan la esencia misma de lo que significa ser alicantino. Hablo de nuestro querido Ayuntamiento con todas sus concejalías, y en especial la de Fiestas con Manolo Jiménez, Mari Carmen Sánchez y actualmente Cristina Cutanda con su pequeña Imma. La corporación municipal, la Diputación de Alicante con Toni Pérez y la Generalitat Valenciana con Carlos Mazón, al igual que todos sus equipos de protocolo, prensa y comunicación. Con su labor hacen que Alicante sea reconocida y amada por propios y extraños, llevando su luz y su olor por donde quiera que vayan.

Y es que sois tantos que es imposible nombraros a todos. Lo que sí puedo hacer es daros las gracias a los que estuvisteis, estáis y estaréis a nuestro lado, en especial a ti, Luis Barcala, alcalde de mi querida ciudad. Es imposible definir con palabras el cariño que tanto tú como Sagrario me habéis dedicado este año. Habéis sido confidentes, fieles consejeros, creadores de abrazos de los que reconfortan y miradas de apoyo en cada acto que hemos compartido. Gracias por regalarme un cariño tan bonito que espero permanezca conmigo para siempre.

No suele suceder, pero hemos tenido la oportunidad de conocer a dos grandes familias festeras, personas que nos han acompañado trabajando incansablemente por la fiesta los 365 días del año para llegar a un futuro juntos. Y es que quiero que sepáis lo bonito que es saber que siempre estáis ahí. Qué bonito es querer y poder confiar. Afortunada yo por tener vuestra amistad.

Empezamos a compartir de la mano de Toño Martín-Zarco y su equipo, quienes demostraron fuerza y valentía en una dedicación inquebrantable a les Fogueres, persiguiendo cada sueño e iluminando el camino hacia un futuro de vibrante tradición y alegría.

Y en este futuro que ya es presente, encontramos a David Olivares, el soñador incansable que ha tejido con esfuerzo y determinación los hilos que forman el tapiz de nuestras festividades. David, tú y tu equipo sois la muestra clara de la dedicación y el cariño sincero a les Fogueres, dejando una marca indeleble en la historia de nuestra fiesta. Así que, como dice esta canción que tanto te gusta, no dejes de soñar, amigo.

Hay mares de sentimientos, mares de recuerdos, mares de cariño. Mares que, cuando llega el amanecer, crean reflejos de unidad, de fuerza, pero sobre todo de intensidad. Una intensidad que ha unido a siete familias para navegar por este océano de vivencias y sentimiento festero. Y es que habéis sido la brújula que nos orienta, la fuerza que nos impulsa y el abrazo que reconforta en cada orilla. Qué suerte tener gente que lo hace fácil, que sois hogar y estáis en todas partes. Gente que son del mar en calma, la paz que arroja y del sol que quema la buena sombra. Esa es mi familia, los que navegamos por las aguas del cariño, la comprensión y la complicidad. Porque vosotros me habéis regalado el sonido del mar cada vez que se escuchaba a mi alrededor y me hacíais sentir tan fuerte y capaz de todo. Tú, con esa fortaleza que irradias, te has convertido en un faro de firmeza, guiándonos con determinación por las aguas bravías y por las calmas más sinceras. Yo, que encontré mi lugar en el color de tus ojos azules, como el mar que baña la costa alicantina, hemos trazado una travesía juntos en la que la sinceridad y el coraje son nuestros fieles compañeros de viaje desde ahora y para siempre.

Y ella, esa dulce melodía del cariño que llega a mis oídos, despertando energías, espabilando razones por las que luchar y seguir adelante. No hace falta que te diga que en cada encuentro con la marea de la vida eres la voz de mis sentimientos, ese reflejo de valentía del que tomar ejemplo cada día. Os quiero, como siempre, a mi manera.

Tal vez lloré, tal vez reí, tal vez gané, pero con ellas nunca, nunca perdí. Y es que he escuchado mil historias, pero cuenta la leyenda que hay leyendas que no se pueden contar, porque como no nos hemos cansado de repetir, me parece maravilloso que seamos amigas. Y es que cada una de ellas me ha enseñado una canción en este bravío mar que hemos atravesado juntas. Así que me vais a disculpar porque me gustaría dedicarles esa canción mirándolas a los ojos.

Alba, tienes un cañón de energía disparando en los ojos, iluminando todo con tu luz, porque cuando estás cerca la vida cobra aún más vida. Eres ese paraguas que nos protege de la lluvia, esa sonrisa que alivia todos los problemas.

Paula, sueñas alto, alcanzando las estrellas, navegando por un mar de posibilidades sin límites ni fronteras. Recuerda que incluso en la incertidumbre, tenemos el poder de trazar nuestro propio rumbo, porque has sido mi luz en la oscuridad, mi ancla en medio de la tormenta.

Alba, no sé si pensar si eres el ángel que cuida mi camino. Lo que sí sé es que mereces todo el cariño del mundo, y espero habértelo dado, al igual que mi alma y mi verdad, para borrar las heridas y luchar juntas por nuestros sueños.

Belén, en esta vida que nos cambia en segundos extraños, me has abierto los ojos, lanzándome a las vías, tan solo pretendiendo ser tú, auténtica y valiente. Porque has sido mi amante de las causas perdidas, queriéndome con cuidado y sin dejarme caer en las expectativas.

Carol, siempre irradiando luz y guiándome con tu ejemplo, te has convertido en una superviviente, siempre en busca de la libertad que no se deja influenciar por las opiniones de los demás. Por eso sé que no hay límites para lo que puedes llegar a lograr, y así me lo has hecho ver a mí en cada uno de tus consejos.

Andrea, tengo en el corazón miles de historias, pero ninguna se compara a la que juntas escribimos cada día. Somos como dos almas en perfecta sintonía, mezcladas como brisa en una playa, unidas en una misma canción que llevamos en el corazón. Y es que eres el terciopelo que adorna mi vida, la voz perfecta que llena mis días de alegría.

Con cada una de ellas, he navegado por las aguas de la amistad, enfrentando tormentas y celebrando calmas. Y es que sois las olas que danzan en mi corazón, la brisa que acaricia mi alma y ese horizonte que siempre se despliega ante nosotras. Por eso, me vais a permitir una vez más que me despida de ellas con un gesto muy nuestro, y que ha irradiado una energía preciosa a lo largo de este año.

En este abrazo, no hemos estado solas, siete pequeñas sirenas que, con su canto, nos han hecho recordar la maravilla que surge al mirar al mundo con ojos curiosos y corazón abierto. Tejiendo un puente entre dos etapas de la vida, compartiendo risas, complicidades y la simple alegría de estar presentes y unidas. Con su felicidad, han dejado huella en cada rincón de Alicante, pero sobre todo en nuestros corazones. Os queremos, pequeñas.

¿Sabéis? he vivido una hermosa paradoja del tiempo, he encontrado una pequeña cómplice de sueños, y juntas nos hemos convertido en guardianas de secretos y en un apoyo incondicional en miles de momentos. A veces, te encuentras en el camino almas que comparten una complicidad única que va más allá de las palabras. Porque sí, Inés, nos basta un gesto, una mirada, un abrazo. Siempre he dicho que cogerte de la mano es una de las sensaciones más bonitas que se me ha regalado este año. Pero hoy quiero que sepas que no te pienso soltar nunca.

Hoy quiero firmar esta última carta enfrente de este mar, dándole las gracias, porque ahora sé que fui feliz, que si lloré también amé, y todo fue, puedo decir, a mi manera.

Porque los alicantinos, los foguerers, los barraquers, somos capaces de tantas cosas, pero sobre todo de saber vivir la Terreta a nuestra manera. Porque rendimos culto al fuego del que sabemos hacer una auténtica fiesta, la más hermosa.

Porque para mí, ser foguerer es amar, es creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma por un desengaño. Esto es amor y quien lo probó, lo sabe. Y sé que todos vosotros lo habéis probado, por eso comprenderéis que fuese amor por la fiesta lo que hizo crecer un sueño en mí, que se transformó en fuego con las palabras con las que hoy me quiero despedir. Unas palabras que daban la bienvenida a un mar de sensaciones, muy cerca de cada uno de vosotros. Unas palabras que nos sirven hoy para decir hasta siempre, mirándonos de nuevo a los ojos.

Y ahora que podemos veros a todos y a todas, bona nit Alacant, y gracias, gracias de todo corazón.